sábado, 27 de junio de 2009
Frio Ramos es un tipo de pocos problemas y pocas costumbres, se rasca indefinidamente la pera y busca continuamente, sentado en una silla de madera, una razón que termina por abandonar, tira el puchito y prende otro, busca en el bolsillo del saco algún fuego, se inclina hacia adelante, se caga de risa y tira el humo, sonríe convencidísimo de que todo se puede facilmente resumir a "eso". Se acuerda de varias anécdotas, todas entretenidas, todas terminan indudablemente en "eso", y ahora -¿que habría por hacer?- piensa que a esta edad ya se experimento lo experimentable: se escriben algunas cosas, se fuman algunos puchitos mas y se trata de romper algo para ver que pasa, pero entonces -¿que habría por hacer?-. "Eso", siempre esta, la gente le pone nombres como a los perros, pero no deja de ser simplemente "eso"... como un perro no deja de ser un perro, o un jarrón un jarrón. Frio se sorprende al darse cuenta de que tiene realmente bastante poco: sus puchitos, algunos amigos, una cama donde caer muerto todas las noches, sus puchitos, un celu, un gato que se llama Loli, una familia y un televisor de plasma. A esta edad se experimento lo experimentable, pasa todo tan rápido que las cosas se pierden en "eso". Frio tira un puchito y se prende otro, se endereza, sonríe y piensa en lo disfrutable de "eso" y nada más que de "eso".
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